Las puertas de cierre de estas tumbas, columbarios, se diseñaron y montaron para quedar entreabiertas. Para transformar estas sencillas cajas de madera, cuya única función material es custodiar las cenizas de los cuerpos de los fallecidos, en una oportunidad para la expresión de la fe en la resurrección de los cuerpos. El diseño del cierre de seguridad pasa totalmente inadvertido integrándose en las sombras que generan la repetición de planos inclinados; que a su vez caracterizan con su vibración como se presenta el frente del conjunto frente al extradós de los muros del ábside gótico.