Proveniente de una antigua iglesia abandonada, su nivel de abandono forzó a realizar unos trabajos de consolidación de esta ruina. Obras forzadas por la seguridad de su entorno inmediato, la protección estatal de estas ruinas y las obligaciones de responsabilidad civil siguen manteniendo este tipo de marcas y trazos históricos que caracterizan vastas áreas rurales prácticamente deshabitadas.
Utilizando cal, piedra, un alféizar de cobre, una grúa, una retroexcadora y 6 cuerpos de andamios.
Se lograron salvar una hornacina de cantería que pudo alojar la reserva del sagrario y unos arranques de arcos preciosos que en su día sostuvieron una nave de bóvedas de arista.
Se completó la obra mediante un acopio de piedra in situ.